Hace unos días se montó un gran revuelo en varios foros de opinión, en prensa y en redes sociales con el sacrilegio que hizo La Sexta con el capítulo 4º de la 1ª temporada de "True Detective". En la famosa escena final del capítulo, la del plano secuencia que narraba el asalto a la casa de los traficantes de droga, no se cortaron ni un pelo y se pusieron a emitir sus 7 minutazos de anuncios cortando el ritmo por completo de la ya antológica secuencia.
La verdad, no me sorprende. Estamos en España. ¿Qué esperaban? Lo sorprendente es que emitan "True Detective" cuando prácticamente todo aquel que estaba interesado en la serie ya la ha visto. El verdadero sacrilegio es emitirla en un horario tan criminal, como relegando la serie a puro relleno, como si fuese un producto de segunda que no merece la más mínima atención. Pero estamos hablando de una cadena que emite en abierto, y que seguro que "True Detective" no iba a suponer un gran aumento de audiencia. Desde luego, una cadena que emita en abierto y que su principal fuente de ingresos sea la publicidad no es el mejor sitio para ver este tipo de series. Digamos que no está hecha para un público generalista que busca evasión o distracción después de un día horrible en el trabajo y se refugia en "La Que Se Avecina". Y ojo, que yo también la veo y también me río muchísimo con ella, lo único que no me cuadra es la excesiva duración de sus capítulos, pero eso es otra historia que no vamos a valorar ahora mismo. Para ver "True Detective" hace falta meterse de lleno en la historia, paladear cada plano, cada secuencia, cada gesto, cada diálogo, cada detalle que hacen, como en este caso, que muchas series estén muy por encima de producciones de Hollywood que llenan salas de cine. Y realmente, en las condiciones que proponía La Sexta, era muy difícil de disfrutar y de apreciar una historia así. Lo ideal es verla del tirón, descargarla de Internet y vivir prácticamente dentro de cada capítulo, que aunque en mi opinión, el final debería haber sido menos "happy ending", y sí más dramático u oscuro, ha marcado a muchos al igual que hicieron "Los Soprano", "Breaking Bad" o actualmente "Juego de Tronos". Y no hacen falta varias temporadas, con 8 capítulos basta. La idea de que cada temporada sea una historia diferente me parece excelente, en muchas series alargar las líneas argumentales para ir a parar a ningún sitio me parece estirar el chicle demasiado, un recurso absurdo, porque la mayoría de veces se resuelven de la manera más ridícula o directamente ni se molestan en solucionarlo.
Esperemos que la 2ª temporada, con una nueva historia protagonizada por Colin Farrell y Vincent Vaughn, iguale a la anterior, porque superarla es imposible.
PD: De todas formas, parece que en la actualidad, si no ves una serie no eres nadie. La fiebre de las series ya se está exagerando cosa mala. Esto antes no pasaba. Cuando se emitía "Autopista Hacia El Cielo" o "Verano Azul" nadie analizaba cada capítulo como si no hubiera un mañana...."atención, Michael Landon ha cambiado de camisa vaquera, ya no es Levis, es Lois...quizás el director está intentando decirnos algo".


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