miércoles, 15 de octubre de 2014

LONG PLAYS: SLASH - "World On Fire" (2014)

Me he tomado la libertad de eliminar del título original a Myles Kennedy & The Conspirators. Así, porque me da la gana. Seamos honestos...demasiado largo para el nombre de una banda. El anterior álbum la banda era Slash a secas y nadie dijo nada. Para ese plan que se pongan directamente The Conspirators...ah claro, que con ese nombre nadie les iba a prestar atención. Está claro. Slash es un icono de la historia del Rock N' Roll y su nombre debe ir por delante. Slash y punto.

Lo cual no merece que quitemos mérito al resto de la banda. Está claro que el guitarrista de la chistera ha plantado semillas con posos de quedarse con la incorporación de Myles Kennedy a su banda, tras los vaivenes de anteriores formaciones de sus Slahs's Snakepit (Eric Dover y el espectacular Rod Jackson) o el fiasco que supuso Scott Weiland y Velvet Revolver. Slash no pintaba nada haciendo Modern Rock o copiando directamente a Stone Temple Pilots. Slash es un guitarrista de la vieja escuela del Hard Rock, la innovación se la dejamos a su "amigo" Axl para que se coma la sesera dando con el nuevo sonido del siglo XXI. Para eso creo que su colaboración con Myles Kennedy ha sido fundamental. Sus canciones eran de las poco salvables de su disco-popurrí con numerosos cantantes que editó en 2010 simplemente llamado "Slash". El timbre de Kennedy es puro Hard Rock, aunque no sé que pinta en una banda pseudo-alternativa como Alter Bridge. Cierto que es monótono, que incluso a veces chirría en exceso, pero no deja de ser un gran cantante de Hard Rock. Bajo mi humilde opinión, un verdadero cantante de Hard Rock macarra debe tener un punto histriónico acusado. Aunque desde luego Kennedy no tiene el aura de peligro de un Vince Neil o un Axl Rose. Digamos que es lo que le conviene musicalmente a Slash a estas alturas de su vida. Problemas ya los tuvo de todos los colores con Axl, Scott Weiland e incluso con el desconocido Rod Jackson.

Lo que más me gusta de la portada es que aparezca Nelson de Los Simpsons. Aunque me recuerda horrores al mejunje de la portada del "Hey Stoopid" de Alice Cooper.

Slash ya maduró hace tiempo como para dejar atrás sus problemas con las drogas y con cantantes-broncas y se aferra a Myles Kennedy para dar rienda suelta a lo que mejor sabe hacer: tocar la guitarra. Y cómo toca. Cada día más espectacular. Compositivamente es otro cantar, pero técnicamente es soberbio. Riffs rápidos, complicados, solos increíblemente poderosos, llenos de fuerza y vigor que surgen en el momento justo. Y nada de abusar de trucos, pedales o tapping. Slash toca a la vieja usanza.

Slash
Que sí chavales, que aunque no os haya nombrado en el texto, sois más miembros en el grupo...no hace falta ponerse así.

¿Y las canciones? Pues hay de todo, como en la viña del señor. Su anterior álbum me pareció bastante notable, recuperando la suciedad que había perdido en su anterior disco de colaboraciones y queriendo reivindicar el Hard Rock y el Sleazy que se diluyó con Velvet Revolver. Éste "World On Fire" digamos que es más de lo mismo, Slash no trata de emular a Pink Floyd precisamente. Lo que quizás habría que reprocharle es de la duración del disco. Demasiado largo para mi gusto y para los tiempos que corren. Para la poca variedad musical del mismo es probable que no prestes la atención que debería según va avanzando. Me sobran 4 o 5 canciones para ser un buen pelotazo. El comienzo con los 5 o 6 primeros temas es probablemente el mejor momento del disco, con verdaderos trallazos como la canción que da título al disco o "Shadow Life". La pirotecnia de la guitarra a Slash incendia una canción tan buena como "Wicked Stone". El inicio de "Withered Delilah" nos transporta directamente a Sunset Boulevard en 1986, y parece que en cualquier momento Axl nos va sorprender, pero no...aparece Myles y sosega un inicio tan poderoso. Quizás una ayudita de Izzy Stradlin para terminar el tema es lo que más se echa en falta. "Stone Blind" me parece demasiado alternativa o suena demasiado a Alter Bridge para llevar la firma de Slash, pero es compresible, la influencia de Myles tiene que aparece por algún sitio. Quizás lo más novedoso del disco y lo que se sale fuera de la monotonía es el último tema, "The Unholy" con tintes de rock progresivo y un poco del Alice Cooper más oscuro.

Se trata de un gran disco de Hard Rock en la segunda década del siglo XXI, ejecutado por un gran cantante y un increíble guitarrista, que quizás debería haber sido más exigente con la criba de temas para que el disco se disfrute, al menos, de una manera más fluída.